martes, 1 de julio de 2008

LA IMAGEN COMO ELEMENTO DE FE

Casi todas las religiones, en un principio, prohibían toda representación de sus dioses. En especial, el cristianismo, debido a sus innumerables persecuciones y a la gran repercusión social que tuvo en su origen (en las catacumbas con la representación del Buen Pastor). Anteriormente, símbolos como el de la Cruz sembraron toda la trayectoria del cristiano, perseguido, humillado y sacrificado en nombre de esa Cruz y de lo que Ella implicaba. En la Edad Media, empezaron las representaciones de cristos y vírgenes.

Y sin más preámbulos llegamos a la actualidad, en la que innumerables y hermosas imágenes de Jesús y María plagan e inundan nuestras casas, templos, ermitas, etc.

Todo ello viene referido a lo que para mi significan esas tallas de madera, barro, piedra…para mí sólo tienen una finalidad, que “ese objeto” tan venerado y sagrado ayude a aumentar la creencia y la fe en Dios, Jesús y María.

Por ello, del mismo modo que se utiliza un objeto para cubrir nuestras necesidades y se pone a nuestro alcance para nuestro disfrute, así las imágenes han de ponerse al alcance de los cristianos para que con su roce y su contemplación ayuden a todos aquellos que necesiten acercarse a Dios y a María a través de la vista e incluso del tacto. Las imágenes se restauran y el corazón no, (siempre que se haga con respeto hacia esa imagen como sagrada que es) y el cristiano ha de acercarse a Ella, rezarle, que la sienta como algo suyo, como esa comida y esa bebida que necesita para vivir.

No se trata de un trozo de madera revestido, sino la representación de la hermosura, en este caso de la Madre de Dios en su advocación del Carmen.

Yo invito a todos a que la vean, la palpen, la sientan, que la contemplen como a esa madre, hermana, como algo palpable y cercano, dispuesta a dejarse mirar y así descubrir la dulzura de su rostro, y tocar esa mano amiga que nunca nos fallará y que siempre estará a nuestro lado.

Yo lamentablemente hace poco tiempo perdí físicamente a mi madre (se que está al lado de Ella, viva y hermosa) y cada vez que visto, toco a la Señora y a su Hijo veo a mi madre sonreír al lado de Ella. Y puede parecer tonto pero la Imagen del Carmen me ayuda y me dice con su mirada “tu madre físicamente no está, pero te sirvo yo, al tocarme te voy a dar el amparo, la ternura, el cariño y el amor de madre que ella, que está a mi lado me está diciendo que te trasmita. Hijo mío, su amor y cariño te guardan, el mío y mi escapulario te protegen. Yo soy tu Madre también”.


Juan Gabriel Rosales Hermoso
Vocal de mayordomía y vestidor