martes, 1 de julio de 2008

AGRADECIMIENTO CON ESPERANZA


Hace exactamente tres años tuve que venir a amarrar el barco de mi vida en Almería para poder estudiar lo que realmente me gustaba: ser MAESTRO.

Hoy, unos días antes de marcharme para el puerto del que zarpé vengo ante Tí “Virgen del Carmen” para pedirte con corazón de un humilde pescador que me protejas y me guíes en tu camino que es mi camino.

Sé, perfectamente, que nos hemos conocido hace apenas un año y medio debido a que una compañera y amiga me presentó ante Ti; fue en ese momento cuando mi cabeza y mi humilde corazón de pescador pensaron: “La vida es una oportunidad, aprovéchala”. Y así fue, con la colaboración y el calor de tus hijos e hijas comencé a aprovecharla junto a Ti, Madre.

Este humilde corazón de pescador empezó a latir de forma distinta, de una forma muy especial, conociendo a tus hijos e hijas, aprendiendo de ellos y ellas, nutriéndose para que con mi voz te pudiese dar gracias y pedir por nuestro prójimo mientras cantaba.

Poco a poco, y sin darme cuenta, pude ir conociéndote mucho mejor, de una forma muy especial en nuestras miradas a los ojos en las que te contaba mi vida.

Recuerdo aquél día en el que me dijiste:”Sigue así, no cambies; los demás que hagan y digan lo que quieran, ten esperanza en lo que haces.”

Han ido pasando los días y los meses hasta que llegó aquél viernes en el que tu Hermana Mayor (Mª Carmen) me invitó a subir a tu camarín. ¡QUÉ MOMENTO! Fue algo totalmente inesperado y provocó en mí una serie de sensaciones y emociones difíciles de explicar.

Madre del Monte Carmelo que estás informada de todo, sabes que este último año ha sido muy difícil para mí; es por eso por lo que hoy también vengo ante Ti, para darte:

- GRACIAS por ayudarme y apoyarme tanto en mi vida personal, dándome una respuesta siempre que lo he necesitado.
- GRACIAS por presentarme a esos tus hijos e hijas de la Hermandad. Ellos son para mí la alegría, la simpatía, la esperanza, el optimismo, el cariño y la invitación constante a la devoción a una Madre.
- GRACIAS, Virgen del Carmen, por haberme ayudado a aumentar mi alma y mi fe en Dios y en Ti.

Por último, Reina de las Huertas, quisiera darte mi AGRADECIMIENTO por haber puesto en mi viaje a Almería, a esos verdaderos AMIGOS y AMIGAS.

Deposito toda mi ESPERANZA en Ti, pues eres la única que puede hacer posible que esta amistad siga cultivándose y reforzándose.

Gracias de todo corazón.

José Antonio Ruiz Ruiz